El alma de mi alma hacia ti, ha partido, y, en ese sentido embebido, de mi en ti, el corazón dormido, perdido, vuelve a mi.
Mi silencio te concede una eternidad mas alla de mi desatino que, me incita a, agarrarme, a un gesto, por ti perdido.
Vuelve.
Vuelve, pues no fue en este tiempo.
Por eso, no puedo llamar recuerdo este transitar nostalgico de espacio y de tiempo. No fue aquí. Es eso consenso de un ser facil dormido al borde perdido de un acantilado onirico de almas.
Por eso no puedo llamarte recuerdo y por eso este karma esta en mi sosteniendo la eternidad presente en tu nombre que no se medir.
El hiperbaton rompe la transgresion de los tiempos y hoy vivo lo que ayer dormi en el baul del silencio devuelto a ti.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen
viernes, 16 de mayo de 2008
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